Es una novela gráfica sobre una pareja joven que está pasando una crisis. El, de origen japonés, es el director de una sala de cine universitario, y ella también japonesa, es ayudante de organización del Festival Digital Asiático-Americano. El siente una fuerte atracción por las chicas occidentales, no lo puede evitar, ella se da cuenta, él está acomplejado, ella frustrada en su relación. La cosa pinta mal.

Todo da un giro cuando a ella le dan una beca en Nueva York y tiene que irse. Lo que al principio supone un alivio para él, al final se transforma en un vacío absoluto. Y la última página de este cómic es magnífica.

Me ha gustado mucho lo honesto que es. El personaje principal, que me da a mí que mucho tiene que ver con el autor, Adrian Tomine, es muy sincero, no se corta un pelo en describir una por una todas sus miserias, y esto lo convierte en un personaje muy patético. Hay que tener huevos, por otro lado. Curiosamente la fórmula funciona, me ha gustado cómo cuenta la historia, sin engaño amigas, así de crudo lo tenemos con tipos come éste.

El estilo del dibujo me recuerda a Daniel Clowes, tipo Ice Heaven o Ghost Word. Muy realista, hay detalle y cuidado en las viñetas, quizás por eso Adrian Tomine esté considerado como uno de los dibujantes americanos de su generación de mayor talento.

Aviso, cómic no apto para personas románticas que creen en el amor.

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Suena The Age of the Understatement de los Last Shadow Puppets.

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