En momentos de una situación económica incierta, especialmente en Irlanda and Spain, con un club de parados cada vez con más socios (y en el que me incluyo) uno tiene tiempo para agobiarse, deprimirse y de vez en cuando ilusionarse e incluso reflexionar. Y hoy he pensado un poco en este contiente exhausto y expectante que es Europa, que mira con esperanza y cierta disciplencia a Estados Unidos y a Obama, pero que ve SU proyecto de la Unión Europea languidecer. Triste este continente que lo tuvo todo desunido y todo lo perdió en un siglo XX (¡pero que siglo!). Quizás demasiado sanguinario, o demasiado largo. Como dijo Sagasta de España una vez: "No se a donde iremos, pero doquiera que vayamos, perderemos nuestro camino".