¿Dónde quedaron aquellas musas sumisas? En casa, obviamente. Las chicas monas y dependientes del maromo de turno ya no están de moda, ahora lo que mola es ser una tía Tarantino.

100% curvas, un poco de celulitis, un buen culo y unas tetas bien puestas. Es supersexi, un poco de mala hostia, pero una buenaza. Le gusta quedar con sus amigas, tomar unos mojitos y poner temas en el aparato de música del garito de turno. Se siente libre, se fuma unos porros y baila como nadie.

Las protagonistas de Death Proof se han convertido definitivamente en mis modelos de mujer. Nada de veinteañeras guapitas y memas, mujeres con carácter: si las quieres te irá muy bien, pero como juegues con ellas, lo llevas claro chaval.

Coñas aparte, es gratificante que estén cambiando ciertos roles y que gente como Tarantito nos plante en el cine modelos de este palo, y es que este hombre con la edad está comprendiendo muy bien la psicología femenina del siglo XXI, ojala hubiera más como él (y más tías como las de la peli)

Ah! y no dudéis de mis capacidades, porque no se me escaparon ni los guiños a Kill Bill, a Sofía Coppola y Maria Antonieta, CSI, ni esa fijación fetichista que tiene por los pies de chicas, así cruzados como si tal cosa, con las uñas pintadas… que canalla eres Quintín!

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Sonando Between my legs de Rufus Wainwright

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