Fin del viaje

A estas alturas del viaje nos sentíamos cansadas, muy cansados. Sólo desde El Cairo hasta Abu Simbel hay 1000 kilómetros, si sumamos las pateadas que nos dábamos en cada lugar en el que parábamos, me imagino que entenderéis el grado de agotamiento. Empezábamos a echar de menos seriamente una ducha en condiciones, una cama cómoda con sábanas tibias, un buen desayuno y no hacer absolutamente nada en un día.

Pero la marcha continuaba y el ánimo no mermaba, debíamos regresar al Cairo para ver las pirámides de Gizeh, lugar de peregrinación de ocultitas, ese sitio donde uno se siente… enigmático. Así que nada, cogimos un tren nocturno que nos dejaría en El Cairo al día siguiente. Y esto fue como la última peli de Wes Anderson: seis en una cabina, nosotras tres con nuestras mochilas llenas de mugre, un coreano que no sabía de qué guindo se había caído y dos egipcios que miraban el panorama con horror. Nos esperaban ocho horas de viaje. Yo preferí desconectar del mundo, y con ayuda de una dormidina, un antifaz y unos tapones para los oídos, me quedé sobada. A la mañana siguiente estábamos en El Cairo.

Volver a El Cairo me aportó cierta sensación de familiaridad que me gustó, a pesar de los pesares – de nuevo broncas con los taxistas, de nuevo la adrenalina en las carreteras -. Y los dos días que pasamos en El Cairo con Enrique, Paula, Susana y Tony, fueron muy buenos, con visita a las pirámides y fiesta de despedida incluida.


La última puesta de sol sobre el Nilo, hasta la próxima...

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Sonando Time Has Told Me de Nick Drake

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2 Response to "Fin del viaje"

  • Anónimo Says:

    He sido cortante poniendo fin a la historia, pero es que no me gustan las despedidas.


  • Anónimo Says:

    Vaya autora, que se hace comentarios a sí misma. Premio, Nai!!
    A mí las pirámides me decepcionaron, no sé, me condicionó el hecho de que estaba hasta el gorro de los árabes ofreciéndome montar en dromedario y que vi lo que me esperaba. Y la esfinge también me decepcionó, creí que era más grande.
    Tienes que volver a Egipto para ver el desierto, después del empacho de arte egipcio, que tiene mucho mérito lo que habéis visto en una semana.
    Un lugar que también me tienta es Libia, aunque está caro (3.000 euros 15 días).
    En fin, este año me conformaré con una boda en Francia y una visita a Fráncfort...
    Óscar