El iluminado va por libre


Ya está, ya lo tengo, ayer fuí a la Fnac y me lo pillé: The Eraser. Thom Yorke. Hacía tiempo que no experimentaba la sensación de ir a la tienda para comprar un disco, quitarle el plastiquito y mirar un poco por encima la carátula... pero bueno ya, pon el disco, ya mirarás la carátula luego, ahora quiero escuchar el disco... Me sentí como cuando tenía 17-18 años y me compraba los primeros cds, los primeros de mi colección, bah! ahora con eso del emepetres se está desnaturalizando todo un poco.

El caso es que suena el primer tema y ya me atrapa, bien es lo que quería escuchar, es lo que esperaba, cumple mis expectativas. The Eraser hay que escucharlo en casa, con el volumen bien alto, para que te envuelva más... bueno no sé, es lo que tenemos los fans de Thom Yorke, que somos unos flipaos... Decía el reportaje del País Semanal: "Ese fervor de sus fans, que aceptan cada uno de los pasos de Radiohead como inevitable y que, si en un principio no lo entienden, no lo achacan a que la banda haya sido incapaz de explicarse, sino a que ellos no se han esforzado lo suficiente"

Y entonces tuve como una especie de revelación, y me pregunté cómo marcharía el mundo si aplicaramos este principio en algunos aspectos de nuestra vida o por lo menos, en nuestras relaciones. Si todos nos esforzaramos por comprender lo que a priori parece "extraño" o "desconcertante". Cierto que puede ser algo agotador, pero se me ocurre que el resultado nos enriquecería fijo, y enriquecerse es de inteligentes.

Las guerras tambien cansan y ahí están...


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Ahora suena Cymbal Rush de The Erase, claro.

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