Dos días en París


No, no es que vaya a pasar dos días en París – que ya me gustaría - se trata del título de la peli que ha dirigido Julie Delphy, la chica guay de “Antes de amanecer” y “Antes del atardecer”.

Esta mujer tan polifacética - es guionista, actriz, cantante y ahora directora - vuelve a repetir el esquema que funcionó relativamente bien con la de “Antes del atardecer”. O sea, chica francesa intelectualoide con chico barbitas yankee, así en plan crítico con la sociedad y tal.

La peli pretende ser una comedia romántica agridulce, pero con mensaje, para hacerte pensar, cayendo de paso en un montón de tópicos que dan mucha rabia. Y es que ya cansa la idea de que en Europa somos todos más listos, más liberales y más artistas y más modernos que nadie, y que los norteamericanos son una pandilla de zoquetes en el ambiente chic europeo, que nunca nos comprenderán ni estarán a la altura. No sé, lo mismo Julie quería ironizar, pero yo no pillé el punto, y al final el tono le ha quedado como un poco disparatado, vamos que no sé si se reía o si en el fondo iba un poco en serio. Luego, para dotar de cierta “dignidad” al personaje masculino, Adam Goldberg, (ella me resulta insoportable en su papel de culturillas gafapasta) la Julie se inspira en un perfil muy woodialiano, y a ratos tiene gracia, pero hija, es muy poco original.

En fin, que los chicos, treintañeros ellos y con bagaje emocional, sufren una crisis de pareja nada mas llegar a París y plantarse en casa de los padres de ella, cosa que no es de extrañar, porque eso no es un hogar, es un frenopático. Los padres, por supuesto, estuvieron en mayo del 68, son artistas conceptuales, fueron jipis del amor libre, se tirarón a nosecuantos… en fin, ese rollo tan progre y trasnochado. Así estamos toda la peli: el chico convirtiéndose en un neuras total y ella a su bola porque es la más liberal, la más independiente y la más comprometida con su tiempo de todos.

Finalmente la peli se va volviendo seria. Ya no es divertida, los chicos están mal y tienen que afrontar una posible ruptura (otra más, el bajón de una discusión, volver a empezar, el miedo al olvido, el desamor, bla, bla, bla) Los diálogos mejoran y justo cuando me estoy poniendo trascendental, va la tía, la emancipada, y suelta un mensaje apoteósico: … es cuando descubres que aunque esa persona te despierta estornudándote en la cara todas las mañanas, prefieres eso que los besos de cualquiera…Toma espíritu libre!

Os digo que me enfadé, eh?, me enfadé de verdad.
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Sonando Warmer de Beulah
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2 Response to "Dos días en París"

  • Michael Caine Says:

    Te enfadaste porque te sentiste identificada (jornadas sicilianas): En el amor eso pasa. Como le dice la protagonista femenina en el libro de Raymond Radiguet "El diablo en el cuerpo" - Prefiero ser infeliz contigo que feliz con otro- ¡Toma pedanteria J. Delpy!


  • Anónimo Says:

    jaja, Sr. Caine, puede que me tocara la vena sensible, no le digo yo a usted que no.

    espero verle la próxima vez en la bella easo.

    saludos cordiales.