Hay veces que no sé dónde meterme para escapar de la idiotez que se vive en esta ciudad y tengo que hacer verdaderos esfuerzos para no embalarme o acabar discutiendo con más de uno por su falta de educación y sobrada chulería.

Anoche celebramos la despedida de becarios de mi departamento. Primero fuimos a cenar a una tabernilla en la calle Manuela Malasaña donde ponen unas cosas muy ricas para comer y después decidimos ir de garitos: La Vaca Austera, el Freeway y el Astoria.

Al Astoria conseguimos entrar porque unos modernos que andaban de relaciones públicas por San Vicente Ferrer, nos pusieron en lista. Estupendo. El fiasco, obviamente, es que tienes que pagar en barra por la garrafanta que te metes al cuerpo, mínimo siete euros por un brebaje que mata hasta a las cucarachas.

Jorge, andaba justo de pasta, y consideró que podría llegar a un acuerdo con el camarero, un greñas grasiento y desnutrido, con cara de estar oliendo mal todo el rato. Este estilo “soy malote y absurdo”, “no-tengo-dos-dedos-de-frente” “pero soy un guay de la noche”, está triunfando mucho entre los jóvenes desorientados de la capital, y son ridículos.

En fin, a lo que iba, mi compi Jorge intentó probar suerte con este subgénero humano, que como os digo, se cree el “novamás” por ser camarero del Nasti, Astoria los jueves (es que también está muy de moda cambiar el nombre del local según el día de la semana, no sé si porque cambian de dueño o porque las cosas cuanto más absurdas, molan más). A continuación os relato el dialogo que mantuvieron:

- Cuánto es un gintonic?. – Jorge
- 10 euros. – el cum laude de la barra
- Sólo tengo 7 euros…
- Por 7 euros te doy una hostia.
- ...


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Sonando Impossible Germany de Wilco

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